Promesa

Lo necesario para la comprensión profunda de Latinoamérica.

Promesa


El primer país del “extranjero” que visitara en la vida, sería por tierra desde San Antonio del Táchira hasta Isla Margarita, la Venezuela de Chávez
preguntando en las esquinas, hablando, haciendo amigos, aprendiendo, surqué de punta a punta con la Libertad al Ecuador de Rafael correa,
luego hice que mi mente dominara un portugués suficiente para entender al detalle ese milagro llamado Lula, besé dos veces consecutivas al Brasil de Dilma
hasta ahí una grán parte del sueño
y no podría dejar que alguien me lo contara,
que uno osara decir cosas falsas sobre realidades que los propios ojos atestiguaran
ó peor aún,
el cederle comodidad al traidor cuando de atacar al sueño de la Unión Latinoamericana se tratase.


Dominar lo necesario para la comprensión profunda de Latinoamérica, implica dejarse un poco llevar por la manifestación de una fuerza espiritual que se ejerce sobre esta transitoria carne
es decir
el conocer y comparar los antes y el ahora,
en la visión y las opiniones del erudito y el vagabundo, del pionero y el melancólico
escudriñar entre la estadística, indagar pormenorizadamente al número,
su historia
los espacios
los hechos y ritmos,
el afecto y la lealtad de un pueblo hacia la raíz y la proyección de su futuro
ahí viene este lugar
de semejante particularidad,
ejemplar
capaz de poner a temblar a la más gigante tiranía sobre la tierra, esa que ya declina al norte del continente,
y también de lograr una paz que parecía imposible,
para mi patria
isla coronada en tan poderosísima determinación,
por que este destino es lugar y TIERRA DE CAMPEONES OLÍMPICOS, forjados en máxima exigencia por la dificultad,
tanto que admirar
tanto que aprender
un viajero del alma en un trayecto me dijo que nunca traicionara mis sueños
y ahora, mis ojos
abrirán frontera Caribe arriba hasta toparme con la más grande de las antillas, el dulce del cañadorsal,
el amor y la inspiración de Hemingway
el olor del tabaco mientras se desvanece en espirales blancas por el aire
al son, adosado de ron invitando el alba,
mística como su percusión y el trance en santería
Latinoamericana como el mate, el tequila, la samba, la valentía, y los Cien Años de Soledad,
la preciosísima
y
heroica
Cuba,
a tus piés hermosa.



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